LEGO ha vendido más de 400 mil millones de bloques, suficientes para darle la vuelta al mundo cinco veces. Lo que comenzó en un pequeño taller de carpintería en Dinamarca en los años 40 se ha convertido en un imperio global del entretenimiento.
Al principio, la empresa fabricaba juguetes de madera, pero en 1949 apostó por el plástico, lanzando los primeros bloques de construcción interconectables. A pesar del escepticismo inicial, esta decisión sentó las bases de su éxito. En los años 70 y 80, LEGO introdujo los primeros sets temáticos y las icónicas minifiguras, consolidando su identidad.
Sin embargo, en los 90, la compañía estuvo al borde de la quiebra debido a una diversificación excesiva y el auge de los videojuegos. ¿Cómo logró recuperarse? Reenfocándose en su esencia: los ladrillos. Además, apostó por alianzas con grandes franquicias como Star Wars, Marvel y Harry Potter, lo que le permitió atraer a nuevas generaciones de fans.
Hoy, LEGO no solo es un juguete, sino un fenómeno cultural con películas, parques temáticos y sets dirigidos a adultos. Su historia es un ejemplo de innovación, adaptación y marketing brillante.
Os lo explicamos en este video: