La mítica prueba reina de los ciclistas empezó como un truco publicitario para vender más periódicos: esta es una fascinante historia que mezcla deporte, política, e intereses de diferentes empresas que aún hoy existen
Ya en el siglo XIX los periódicos franceses habían aprendido a organizar sus propios eventos deportivos, cuya información era exclusivamente para ellos, y por tanto les ayudaba a vender sus periódicos entre la gente interesada por el evento, partido o carrera organizada por ellos.

Justo al comienzo del siglo XX el diario francés “Le Veló” (La Bicicleta) pasaba por algunas dificultades. Los anunciantes habían bajado y además su director, Pierre Giffard, escribió una editorial en el diario defendiendo la inocencia de Alfred Dreyfus, un asunto delicado en la época. El “affaire Dreyfus” fue un asunto que dividió en dos la Francia de principios de siglo y que causó encarnizados encuentros entre los bandos enfrentados. Alfred Dreyfus fue un judío de la Alsacia acusado de espionaje y de vender información a los Alemanes. Fue condenado a cadena perpetua bajo pruebas poco claras y evidentes manifestaciones de antisemitismo por parte de sus jueces. Francia se dividió entre el gobierno conservador, contra Dreyfus, y la oposición progresista, quien defendía su inocencia. Así que tanto si estabas en contra, o a favor, la mitad de Francia era tu enemiga.
El Conde de Dion era un fabricante de motores conservador, y uno de los mayores anunciantes de Le Veló. Participó en varias manifestaciones anti-Dreyfus y fue arrestado por su conducta violenta en ellas. Giffard le visitó en la cárcel y tras una enorme discusión con él, decidió romper la relación con su mejor anunciante y escribir una larga editorial defendiendo a Dreyfus en su diario.
Ante esta editorial, los otros anunciantes conservadores, entre ellos los fabricantes de ruedas Michelin y Clèment, dejaron de insertar sus anuncios en el diario y decidieron fundar un nuevo diario deportivo, L’Auto, con el objetivo de hundir a Le Veló. El exciclista y RRPP de la marca de neumáticos Clèment, Henri Desgrange, fue nombrado editor del nuevo periódico.
Desde el primer día la competencia entre las dos cabeceras fue feroz, pero pronto se constató que L’Auto no tenía tanta pegada y sus ventas eran bajas. En noviembre de 1902, uno de los periodistas que escribían para L’Auto propuso una idea a Desgrange: organizar una carrera de bicicletas por carretera, la más larga hasta la fecha, que diera la vuelta a Francia. Sería la carrera más larga y difícil nunca vista, y los pueblos saldrían a recibir a los héroes en cada etapa.
Así tuvo lugar el primer Tour de Francia, en 1903. Después de algunos ajustes en la duración y en la forma de participar, el evento tuvo lugar entre el 1 y el 19 de Julio, y se ofrecía el pago de los gastos a todos los que hicieran al menos 20km/h en todas las etapas. Así se pagaba a los participantes -en su mayoría amateurs, obreros, aventureros y desempleados- lo mismo que ganaban al día en una fábrica, y por tanto se animarían más fácilmente a participar. Se decidió el importe del premio final y también un premio por etapa. El ganador del Tour ganaría seis veces lo que ganaba un obrero en un año

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