A pesar de que Twitter tiene su propia forma de promocionar tweets, Twitter Ads, han sido otros , y no el propio Twitter, los primeros y más sustanciosamente beneficiados de los acuerdos con marcas para promocionar productos y servicios. Nos referimos a los famosos.

Nadie funciona mejor como prescriptor que una cara conocida, una celebrity cuya cuenta es seguida por miles de fans a los que les llegará su “recomendación” al instante. Son por tanto muchos los famosos, especialmente en EEUU, los que ponen precio a sus tweets.

En sus cuentas los famosos informan de su día a día mezclando sus frases y comentarios genuinos con otros más intencionados, por los que puede que estén recibiendo algo a cambio: los productos que usan, el restaurante donde han comido, el hotel donde han pasado las vacaciones y donde les han tratado tan bien… una forma de publicidad encubierta y no del todo legal, ya que no se especifica que estamos leyendo un anuncio, sino que lo entendemos como una inocente opinión o un consejo.

Se dice que Verizone pagó más de 130.000 $ a Jennifer López por una serie de varios tweets con fotos. Charlie Sheen cobró 39.000$ por publicitar una web, que logró más de 100.000 clicks en la hora siguiente. Otros famosos que han colaborado con marcas publicitándolas encubiertamente en 140 caracteres son Kim Kardashian, Mike Tyson, Lindsay Lohan, el rapero Snoop Dogg, Snooki (de Jersey Shore), Justin Bieber (quien en el día de la madre mencionó la empresa a través de la cual había mandado flores a su madre), Ophra (que twiteó halagando las tablets de Microsoft… desde su Ipad), o Miley Cyrus, quien agradeció muy efusivamente en twitter los servicios de la empresa de aviones privados que usa para trasladarse a sus eventos.

La cantidad a pagar depende del número de seguidores del famosos,  por ejemplo la ya mencionada Kim Kardashian, con 18 millones de seguidores, puede embolsarse alrededor de 13.000$ por tweet, mientras que la media de otras celebrities está entre 5.000 y 2.000 dólares. 

Twitter es el ejemplo de cómo los personajes públicos se pueden convertir en prescriptores de marcas sin que nosotros sepamos que lo que leemos es publicidad pura y dura. En otro tipo de medios, como por ejemplo TV o medios impresos, queda más diferenciado cuando es una publi, o cuando es contenido redaccional, aunque hay veces que se trata el contenido de marcas desde la parte redaccional por el “interés público” del mismo. Pero Twitter es todavía ciudad sin ley, una laguna legal gigante donde para los followers es difícil diferenciar los gustos personales de una celebrity de sus servicios a las marcas que le pagan.

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