Hace unos días se anunciaba la creación de la Superliga. Algunas de las principales instituciones deportivas del mundo parecían adherirse a una competición semi cerrada formada por los quince clubes fundadores y cinco procedentes de los resultados deportivos del año anterior. Hoy sabemos que no ha fructificado, pero ¿tiene posibilidades un modelo similar?

Manchester United, Arsenal, Chelsea, Tottenham, Manchester City, Liverpool, Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid, Inter de Milan, Milan y Juventus anunciaban la constitución de una competición independiente de la UEFA.

Sin estudiar las implicaciones competitivas, estos clubes tienen un alcance difícilmente equiparable:

  1. Deportivamente: De los 27 campeonatos de Champions, 21 han sido ganados por algún miembro de la posible Superliga.
  2. Facturación: 11 de los 15 equipos con mayores ingresos del mundo del fútbol (1)
  3. Seguidores en redes sociales: 11 de los 15 equipos con más seguidores en redes sociales. La diferencia es aún mayor si miramos las cifras absolutas, ya que los 11 miembros de la Superliga acumulan 1187 millones de seguidores, mientras los 4 restantes apenas alcanzan los 219 (1)

Si la liga llegase a organizarse en un futuro, tendríamos un claro ganador en términos de comunicación. El nuevo modelo se asemeja más a la forma de entender el deporte «show» que se tiene en Estados Unidos frente a los modelos más competitivo-deportivos que se tiene en Europa. Las implicaciones son diversas, y en mi opinión, caminan hacia el modelo americano.

Los partidos que se emiten, son los que el público quiere ver. El modelo actual se construyó cuando nuestras bibliotecas musicales estaban constituidas por 10 CDs (no digo cintas de casette para no delatar mi edad) y cambiábamos películas de VHS. La conclusión es que en aquellos veranos inmensos, disfrutábamos hasta las etapas llanas del tour de Francia. Ya no estamos en los 80… a muy poca gente le interesa ver un Real Madrid – Brujas, por muy histórico que haya sido el belga. Netflix, Youtube, Twitch, Disney +, League of Legends, etc. compiten por nuestro tiempo, y son alternativas asombrosas.

– Dinamismo y capacidad de respuesta: los ingresos de los 20 clubes con mayores ingresos ha descendido un 12% entre los años 2018-19 y 2019-20. La articulación de potenciales cambios ha sido limitada. En los últimos años, la NBA ha mostrado su preocupación por la duración media de los partidos de jornada regular. En cuestión de meses se han instaurado cambios muy relevantes de la G League (la liga de desarrollo de la NBA) para testar cambios inmediatos. Una nueva organización similar a la de la NBA, donde los decisores tienen objetivos similares, posiblemente simplifique este tipo de decisiones frente a las estructuras más poliédricas de la UEFA.

Ligas cerradas, ingresos y riesgos: las ligas cerradas permiten a los equipos que las forman asumir mayores riesgos deportivos. Una apuesta decidida por un equipo joven, puede llevar a una vinculación con el equipo sin igual a medio plazo, pero puede condicionar el resultado económico de un año en el modelo europeo. La liga cerrada potenciará las apuestas más arriesgadas y que arraiguen con diferentes audiencias que las ligas abiertas.

– La liga como marca: El Manchester United ganó su última Champions League en 2008 y su última Premier en 2012. Sin embargo, se mantiene como el cuarto equipo con mayores ingresos del mundo del deporte, solo por detrás de Real Madrid, Barcelona y Bayern Munich. Sin embargo, sus respectivas ligas no han sido capaces de proyectarse con la misma intensidad que lo hacen los equipos como si consigue la NBA, y en menos medida, ligas de deportes minoritarios a nivel mundial como la NFL.

Sería arriesgado anticipar hacia donde se dirigiría una segunda Superliga. En caso de llevarse a cabo, veo muchas posibilidades de que desarrolle muchas más herramientas de comunicación, explore diferentes canales de difusión y multiplique los esfuerzos de implantación en mercados no suficientemente explotados (especialmente Asia). Sin ser ni seguidor ni aficionado al futbol, creo que el producto también tenderá a adaptarse, reduciendo los tiempos sin acción y especialmente el inmenso tiempo de descanso entre las dos partes que tan orientado está la visualización física, pero tan alejado de un producto televisivo o digital.

  1. Deloitte Fotball Money report

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