3 mil millones de dólares por 11 años y 4 eventos… no… esta no es la cifra del nuevo contrato de Cristiano Ronaldo en Arabia Saudita (aunque seguro este es hasta más lucrativo), ni lo que los hermanos Paul, Mike Tyson y Conor McGregor soñarían con hacer en 4 peleas llenas de problemas técnicos transmitidas por un lugar de películas… sino que son las cifras del contrato oficial de patrocinio entre Coca Cola y el Comité Olímpico Internacional, los encargados de las Olimpiadas.
Ser un patrocinador de sus eventos de verano como las pasadas en París o las próximas en Los Ángeles se ha convertido en una de las inversiones más costosas del mundo de la publicidad. Airbnb por ejemplo tuvo que gastar 500 millones solo para patrocinar las anteriores, y debido a tan altos precios, el comité te asegura que ninguna otra empresa en tu misma área pueda tan siquiera hacer un post en sus redes sociales sobre el evento sin que ellos los demanden hasta destruirlos… es decir, que si por ejemplo Pepsi quisiera poner una historia en Isntagram de un atleta tomando una de sus bebidas al frente de la torre Eiffel cuando esta tenía los famosos aros olímpicos, la demanda sería tan astronómica que hasta su publicidad con Kendall Jenner se vería como una buena inversión… pero esto no siempre fue así… y hoy, te hablaremos de la empresa que por sí sola, cambió el destino del marketing global deportivo y propulsó su popularidad gracias a estos juegos, sin pagarle ni un solo centavo al COI…