La respuesta corta es que sí. La respuesta larga es que, en nuestro caso, la decisión era más la diferencia entre crecer de forma sostenible, o languidecer a lo largo de los años venideros.
Nuestra primera decisión fue pensar más en término de idiomas más que en término de fronteras políticas. Con un mayor número de productos con distribución global, el español puede corresponderse con un territorio concreo o bien con todas y cada una de las personas que hablan nuestro idioma. Solo hay una dificultad la notable diferencia horaria que en nuestro caso solventamos abriendo delegación en Colombia.
Tras el desarrollo en Iberoamérica, dirigimos nuestros esfuerzos a Italia abriendo oficina en Perugia. Con un mayor número de clientes gestionando sur de Europa de forma centralizada, la sinergia era evidente.
Con un público similar al español, pero con sus particularidades locales, comenzamos a desarrollar actividades contando de la indudable ventaja competitiva del conocimiento del cliente y la capacidad de generar sinergias que permitian propuestas más eficicaces y eficientes.
Otro mercado que durante años habíamos estado cubriendo desde España, era Portugal. Si bien es un territorio limitado en población, las sinergias son evidentes y simplifica notablemente el trabajo de nuestros clientes que suelen gestionar de forma conjunta Iberia.
Además, Portugal ofrece algo similar a España respecto a un aprendizaje previo a una potencial apertura de oficina en otros territorios lusófonos.
Un primer paso fue contratar un notable número de nativos ingleses con experiencia en comunicación y competir en empresas tecnológicas españolas que desean proyectar su imagen más allá de sus fronteras. Habitualmente son compañías emergentes que tienen un nicho de mercado, pero carecen de las fuentes de financiación que disfrutan las compañías en USA y por lo tanto tienen unos recursos mucho más limitados para comunicar fuera de sus fornteras.
El segundo y posiblemente el más desafiante de todos consistió en competir en concursos internacionales. Si bien partimos con la dificultad de la leganía geográfica, teníamos unas fuertes ventajas competitivas en conocimiento de industria y cliente, y en costes de producción. El Covid, y la «distancia» que la pandemia impuso entre empersas que tenían su sede social a unos cientos de metros actuó de catalizador en el desarrollo de este cometido.
¿Y cuales son los próximos pasos? Hay una serie de mercados que nos resultan especialmente interesantes y en los que creemos que podemos utilizar nuestra experiencia.
Fundamentalmente, en este momento, buscamos oportunidades en idiomas hablados por muchos millones de personas y que pueden tener diferencias culturales y económicas entre ellos. Estos dos atributos nos proporcionan dos ventajas muy importantes, por un lado volumen crítico y por otro pone en valor nuestra experiencia resolviendo diferencias culturales, económicas e incluso temporales (franja horaria de actividad empresarial).
En la medida en que encontremos mercados que cumplan estas dos características, seguiremos implementando la misma estrategia que hemos venido aplicando y que próximamente nos llevará a realizar un nuevo anuncio.
Foto principal: Michaela Loheit