Este virus está cambiando el mundo. Nuestra forma de trabajar, nuestra forma de relacionarnos y nuestras vidas en general. Hay grandes lecciones que hemos aprendido… muchas de ellas dolorosas. Estos son algunos de nuestros aprendizajes:
1.- Lo importante no es estar preparado para unas circunstancias, lo importante es estar preparado. Preparado ante cualquier cambio en la situación. Preparado para un cambio en el paradigma educativo, pero también preparado ante un virus epidémico que nos encierra en casa. Si como compañía, estás preparado de una forma real y plena, podrás superar las dificultades de forma más efectiva.
2.- No hay excusas para no cumplir un compromiso. Al menos, no hay excusa posible para no dar todo lo posible para conseguir cumplir aquello con lo que nos hemos comprometido. El Coronavirus ha sido el ejemplo perfecto de muchas empresas que no han cumplido sus objetivos, pero una parte importante de ellas ni siquiera lo ha intentado.
3.- Lo pequeño a nuestro alcance significa más que lo inmenso fuera de él. Este virus ha hecho centrarse a muchas empresas en problemas que estaban absolutamente fuera de su control. Problemas, tales como las potenciales medidas de los gobiernos, las medidas de contención tomadas a nivel país, etc. La prioridad de toda empresa debe ser cumplir con sus compromisos con sus clientes, empleados y accionistas. Y una vez cumplidos estos objetivos, ya podemos «invertir» el resto del tiempo en conjeturas que aporten más o menos valor a la sociedad
Resulta complicado asumir que no todas los profesiones vamos a cambiar el mundo. Resulta tentador esperar la ayuda de un ente superior que resuelva nuestros problemas, pero la verdad es que como compañía solo podemos centrarnos con toda nuestra dedicación en hacer el trabajo de forma excelente.
Si fruto de nuestra excelencia, el mundo cambia para mejor serán excelentes noticias. Si por el contratrio y a pesar de todo nuestro esfuerzo, no conseguimos nuestro objetivos básicos como compañía de mantener nuestra plantilla y necesitamos recurrir a «soluciones » proporcionadas por un ente superior… no será porque no hicimos todo lo posible.
FOTO: EFREN